Amaluza tierra con altas montañas,
interminables rios llenos de peces,
con su gente de rostros amables,
que bailan y saltan
al sentir vivo a su pueblo.
Mira! Sus tardes frias
con vientos de remolinos agudos,
soplan sus tristes ojos,
que un mar han llorado.
Llrando hasta quedar sediento
y beber un sorbo de agua,
en un momento al ver al fondo,
serca de quedar sin nada
un limpio y amplio paisaje,
se ha ido secando poco a poco.
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